Momentos entre Amigos: Para todos los gustos
Lejos quedan ya aquellos espacios a los que se accedía para poder fumar un cigarro mientras se leían las noticias del día en los periódicos al tiempo que se tomaba una copa de cognac; aquellos tiempos en que uno vestía su smoking (la chaqueta para fumar) y dedicaba esos momentos en solitario para poner orden a sus pensamientos fumando un cigarro o una pipa; aquellos tiempos (más cercanos) en que nos reuníamos con un grupo de amigos para compartir una fumada y charlar de cualquier asunto.
Ahora el tiempo lo es todo y cada vez es más complicado disponer de él para deleitarnos con un cigarro, aparte de encontrarnos cada vez con más limitados espacios donde poder hacerlo. Así es que, pertrechado con mi encendedor y mi tabaco, salgo a la calle buscando ese escaso espacio donde poder dar rienda suelta a mi afición durante un cuarto de hora.
Por suerte me encuentro con Jorge, un conocido de las fumadas de otra época que, como yo, no duda en echarse a la calle en busca de circunstancias más favorables.
– ¡Hombre, Jorge! ¡Qué alegría encontrarte!
– ¡Salva! ¿Cómo estás?
– Pues ya ves, aquí, intentando encontrar un sitio donde fumarme un cigarrito y tomar un café.
– Es que está todo cada día más complicado, ¿verdad? Que si la pandemia, que si la hostelería medio cerrada, que si no te dejan fumar en ningún lado…
– Ya ves. ¿Qué te voy a contar que tú no sepas?
– Oye, pues siéntate y tómate un café aquí conmigo y nos ponemos al día.
– Eso, que hace tiempo que no charlamos.
Con unos cafés cortados para ambos ya sobre la mesa, recordamos esos días en que nos fumábamos, largo y tendido, nuestros buenos puros después de comer, cosa que ahora, también por la falta de tiempo con los trabajos cada vez más estresantes, es poco menos que imposible.
– Pues mira, yo para estos momentos, en los que casi no tienes ni un cuarto de hora, me traigo estos puritos y tan a gusto. No son los purazos de antes, pero están muy ricos y me encanta su sabor. ¿Quieres uno?
– Venga, va. Aunque ya sabes que yo, si no es el purazo…
– Pero fumas cigarrillos, ¿no?
– Sí.
– Pues prueba los cigarritos con filtro. No son tan fuertes como el purito, pero sí te van a aportar más sabor que el cigarrillo. Además, si te va, tienes distintas posibilidades, desde los más suaves a otros más de sabor pleno.
– No creas que estás diciendo una tontería. ¿Te refieres a los que vienen en cajetillas?
– Eso es.
Y así, con un café y un cigarrito, Jorge y yo estuvimos echando un rato y charlando de lo importantes que son las empresas tabaqueras dedicadas a la elaboración de estos cigarritos, concluyendo que muchas marcas cuentan con decenas de años de antigüedad y que son elaborados con tabacos de primera calidad.
Porque muchas veces pensamos que los mejores tabacos se utilizan para hacer los grandes puros en grandes empresas de larga trayectoria, por personas de renombre mundial. Sí, es así, pero existen empresas dentro del mundo del purito o cigarrito, como queramos llamarle, incluso más antiguas que las fabricantes de los puros de gran tamaño, con historias personales tan increíbles como las de los grandes gurús de los cigarros premium, con procesos de elaboración distintos de éstos, pero igualmente espectaculares.
Y es que el cigarrito nació en un momento en que lo único que se fumaba era tabaco en forma de grandes cigarros o picaduras para pipa. Ni siquiera existían los cigarrillos, ni siquiera nadie se liaba uno de éstos.
– Pues me ha gustado este cigarrito que me has dado. Muy agradable y con el café va de lujo.
– Pues ya sabes, cámbiate a los cigarritos.